Jehovah, tan estimado por David, para afirmar con más seriedad la verdad de su declaración. Lo hizo para demostrarle a David que hablaba en serio. La LXX añade al v. 10 la frase: “Id al lugar que te señalé y ninguna palabra pestilente atesores en tu corazón porque eres bueno a mis ojos.” Se supone que Aquis se refiere aquí a las palabras de los príncipes amonestándole a David que él no debería guardar en amargura o atesorar en su corazón de manera amarga. La objeción de David es breve y a la vez
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